Entrenar no lo es todo para jugar mejor durante la competición; hay muchos factores que están fuera del entrenamiento que influyen mucho en el rendimiento (descanso, estado psicológico, etc.). Uno de estos factores es la alimentación; es muy conveniente saber qué comer antes y después de un partido o entrenamiento, cuándo comer, cómo comer y que efectos tiene lo que se come en el rendimiento del futbolista.
La nutrición de un futbolista ha de perseguir 3 objetivos fundamentales:
- Ha de ser una dieta lo más saludable, equilibrada y variada posible (Como la que debería seguir el 95% de la población mundial).
- De esta alimentación se debe obtener la capacidad energética para los partidos y los entrenamientos.
- Finalmente se deben incluir alimentos post partido y post entrenamiento específicos para reequilibrar el organismo.
¿Cuándo y cómo comer?
El futbolista debe comer unas 5-6 veces al día, siendo las primeras comidas del día las que más energía aporten al cuerpo. Hay que tener en cuenta que el futbolista no puede llegar a un partido/entrenamiento desprovisto de energías por lo que deberá comer antes. Los hidratos de carbono serán la mejor opción, complementándolos con un poco de proteínas y una cantidad de grasas saludables (como el aceite de oliva).
Si el partido es por la mañana la concentración de hidratos deberá estar en el desayuno y en el almuerzo si es que juega a mediodía. Se recomienda comer entre 3 horas y 3 horas y media antes del partido, para que se pueda realizar, en mayor medida, la digestión de los componentes nutricionales. Si el partido es por la tarde o noche, la concentración de hidratos se encontrará en la comida y la merienda.
De esta manera el jugador llegará al partido con todas sus reservas de energía llenas para que la fatiga no llame a las puertas antes de tiempo. Después del partido se debe comer proteína para ayudar a la reparación del tejido muscular por el desgaste físico. Aquí no solo incluiremos proteínas sino hidratos de asimilación lenta para llenar los depósitos de hidratos.
No debemos olvidar que tan importante como la alimentación es la hidratación. Cuando se compite o se entrena se pierden líquidos corporales mediante el sudor. Estas perdidas pueden ser mayores si la temperatura es alta o la humedad es muy elevada. Por eso el futbolista tiene que estar bien hidratado para no sufrir mareos o le den nauseas.
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